Hace siglos que no escribo, de verdad que lo echaba de menos, parece ser que últimamente no encuentro el momento para ordenar mis ideas. Esto tiene una parte positiva y otra negativa. Si no tengo un momento para dedicarme a escribir petoniadas, quiere decir que estoy muy ocupada, sin tiempo para dar vueltas a las cosas, pero a la vez, sin tiempo de poder apreciarlas o valorar las enseñanzas.
Cuando escribo en este blog, lo hago de mi y de mis pensamientos, es lógico. Soy de las que piensa que no puedo hablar de las cosas que no conozco por eso hablo de mis experiencias. El caso es que hablar de mi o lo que siento, es lo que hago siempre, eso me convierte en una persona bastante egocéntrica. Supongo que quien me conoce lo sabe, quien me quiere me acepta y el resto me respeta o directamente me ignora.
Bien es cierto que una no puede pasarse el día pensando en los demás, pero si encontrar el equilibrio, aprender a callar y saber escuchar. Eso seria lo ideal. Pero he de ser sincera conmigo misma, yo soy así.
Es algo de lo que una no se siente orgullosa pero se acepta tal y como es. Sinceramente creo que hasta que no eres capaz de reconocer tus defectos, no puedes encontrar la manera de compenasarlos, en el caso que sea necesario, e incluso ver la parte positiva de los mismos.
Nos empeñamos en ver la parte negativa de los defectos pero muchos veces esos defectos son esas virtudes que te diferencian del resto de las personas y te une a otras como tú de peculiares.
Me sorprende la seriedad con la que he iniciado este post, al principio iba con miedo, hacia tanto que no escribía que no sabía si sería capaz de ordenar ideas. Y todo ha empezado a fluir al recordar algo que me ha sucedido esta mañana y me ha hecho ver que no tengo remedio. Pero tampoco voy a darle más importancia de la que tiene. Para que hacer caso a medio días, habiendo días enteros.
Esta frase me la dijeron por primera vez hace mucho tiempo en un contexto de bromas y risas. Y el paso del tiempo me ha enseñado a entenderla. Yo suelo aplicarla cuando me da la gana y en distintos contextos. Pero de todos extraigo la misma conclusión, no dedicar tiempo a aquello que no vale la pena, habiendo cosas que si la valen.
Creo que por eso la digo tanto, porque a veces lo olvido y me despisto con cosas que no me generan buenos sentimientos y esta frase me recuerda aquellas cosas que me hacen sentir bien. Quería compartir esta frase en mi blog, puede que siempre este hablando de mi y muchas de las cosas que cuento no son interesantes pero hay otras que vale la pena compartir.
Cuando escribo en este blog, lo hago de mi y de mis pensamientos, es lógico. Soy de las que piensa que no puedo hablar de las cosas que no conozco por eso hablo de mis experiencias. El caso es que hablar de mi o lo que siento, es lo que hago siempre, eso me convierte en una persona bastante egocéntrica. Supongo que quien me conoce lo sabe, quien me quiere me acepta y el resto me respeta o directamente me ignora.
Bien es cierto que una no puede pasarse el día pensando en los demás, pero si encontrar el equilibrio, aprender a callar y saber escuchar. Eso seria lo ideal. Pero he de ser sincera conmigo misma, yo soy así.
Es algo de lo que una no se siente orgullosa pero se acepta tal y como es. Sinceramente creo que hasta que no eres capaz de reconocer tus defectos, no puedes encontrar la manera de compenasarlos, en el caso que sea necesario, e incluso ver la parte positiva de los mismos.
Nos empeñamos en ver la parte negativa de los defectos pero muchos veces esos defectos son esas virtudes que te diferencian del resto de las personas y te une a otras como tú de peculiares.
Me sorprende la seriedad con la que he iniciado este post, al principio iba con miedo, hacia tanto que no escribía que no sabía si sería capaz de ordenar ideas. Y todo ha empezado a fluir al recordar algo que me ha sucedido esta mañana y me ha hecho ver que no tengo remedio. Pero tampoco voy a darle más importancia de la que tiene. Para que hacer caso a medio días, habiendo días enteros.
Esta frase me la dijeron por primera vez hace mucho tiempo en un contexto de bromas y risas. Y el paso del tiempo me ha enseñado a entenderla. Yo suelo aplicarla cuando me da la gana y en distintos contextos. Pero de todos extraigo la misma conclusión, no dedicar tiempo a aquello que no vale la pena, habiendo cosas que si la valen.
Creo que por eso la digo tanto, porque a veces lo olvido y me despisto con cosas que no me generan buenos sentimientos y esta frase me recuerda aquellas cosas que me hacen sentir bien. Quería compartir esta frase en mi blog, puede que siempre este hablando de mi y muchas de las cosas que cuento no son interesantes pero hay otras que vale la pena compartir.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.