jueves, 18 de julio de 2013

La Tormenta

Varias de mis amigas dicen que solo escribo cuando algo me pasa, creo que esta vez les he de dar la razón. Hoy me siento sumamente agotada, la tormenta de ayer me ha tenido la noche en vela. Fíjate tan valiente que parezco y sigo teniendo miedo a lo mismo que le temía a los seis años. Las tormentas y los perros. Con perros hoy no he soñado, solo me habría faltado eso.
Si a este cansancio extremo le sumas tiempo libre el resultado sería irse a dormir, pues bien, en mi caso no es así. Resulta que me he pasado una temporada realmente estresada sin tiempo para mi, de golpe toda esa actividad cesó de un día para otro, me he visto con tiempo libre, tiempo para dedicarme a mi. Cosa que no se hacer. Me he dado cuenta que para ser feliz tengo que complicarme la vida. Ya sea por causas externas, como serian exceso de actividades o causas internas pensar en historias para haceme mala sangre. Y el cansancio en mi caso, al igual que me pasaba a los seis años, me deja tontita, sensible y muy sentida. Pues eso que hoy estoy cansada y con tiempo libre, solo me falta un cambio hormonal de esos de "me gusta ser mujer" y podemos cantar bingo.
Estos días de tiempo libre le he estado dando vueltas a una cosa que me sucedió el sábado, un amigo me hizo una broma. Una broma tonta, un comentario estúpido. Al segundo de decírmela ya sabía que aquello que me habían dicho no iba con mala intención,  aun así ese segundo no me gusto nada. Lo que me dejo realmente enfadada conmigo fue ese segundo de ira. ¿Como había podido tenerlo?
Me supo mal la contestación que le dí  "¡Te has pasado!" Él en ningún momento hizo aquel comentario para hacerme daño, en todo caso sería para lo contrario y sacarme una risa. El caso es que durante estos días he estado pensando en porque aquel comentario me afecto. Naturalmente el problema lo tenía yo, a una solo le afecta aquello que permite que le afecte. Yo lo permití durante unos segundos quizás porque no me lo esperaba o quizás porque hay cosas a las cuales no he pasado página o no me he sabido perdonar.
No me atreví a explicar lo que realmente me había pasado. Pensaba que si lo hacía podía ponerme a llorar. Pensaba que podía reírme de mi sombra, pensaba que habían cosas que se habían quedado atrás y que por un solo momento me sintiera herida me hizo ver que el tiempo hace olvido pero no el perdón.
Lo curioso es que cuando fomentas una seguridad en unos pilares. Pongamos que estos pilares por un momento tiemblan, supongamos que por una tormenta, el resto lo que hay encima  de dichos pilares tiembla también. Pasada la tormenta hay que preguntarse ¿Por qué temblaron aquellos pilares?
A mi ese comentario tonto me hizo temblar y durante días he pensado cual fue el motivo. Ya he sabido el porque, ciertamente creo que esos pilares hoy son un poco más fuertes. Me liberé de un lastre, de algo guadado en la mochila y que olvide que tenía.
Me alegro de haber tenido tiempo libre y haber podido dedicar ese tiempo a reforzar mis pilares. Como también me alegro de estar cansada hoy, para tener la sensibilidad necesaria para poderlo expresar.
Las tormentas seguirán apareciendo y me seguirán asustando pero después de la tormenta, siempre saldrá el Sol.


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.